Mientras tu presencia pisa mi cabeza a cada segundo,
provocando que te piense sin descanso,
encargo a mi corazón que tranquilice su amor .
Que ponga freno a sus deseos y enmascare mi mirada
para que tu no notes algo que es evidente ,
algo que se forma día y noche para hacerlo insostenible ,
para crear un universo indestructible
en donde tu eres la reina , donde tu lo eres todo .
Tu imagen recorre de punta apunta nuestro mundo ,
descubriendo luces que yo no encuentro
arrullando pájaros en tus suaves manos,
que en agradecimiento, forman con su canto
la mas bella música para nuestros oídos .
Nos elevan a lo mas alto del cielo
permitiéndonos ver hasta el horizonte nuestro bosque ,
ese espacio perfecto y solo nuestro
donde podemos ser felices sin preocuparnos,
sin negarnos antes de que cante un gallo,
ni borrar con un clic , todo lo que nos decimos
cuando estamos solos y la oscuridad nos cubre .
Nuestro bosque tiene todo ;
hermosas cascadas de brillante y transparente agua
donde nos bañamos desnudos si sentir frío
ya que nuestro fuego se encarga de ello ,
tiene altos y frondosos arboles que rasguñan el cielo
como queriendo romper los margenes de nuestro mundo
para permitir que todos vean y sientan envidia
de lo que el amor puede lograr cuando es verdadero .
Nuestra cabaña es pequeñita , con una gran chimenea
que cada noche nos espía cuando hacemos el amor.
Pero sin duda lo mas importante
es que estamos juntos , nunca nos separamos,
somos uno solo . Pero los ojos se llenan de lagrimas
cada vez que decimos adiós por la noche
y cada uno se recuesta sobre su almohada
muy lejos de nuestro bosque ,
muy lejos el uno del otro,
pero tan cerca con nuestros sentimientos.
Marcelo Romero Deriu