Una melodía celestial de voces sin pulmones,
de instrumentos sin nombres ni formas
llena mis sentidos inexistentes y alejados de lo que soy,
me empapan con su mágica perfección insonora.
Cuidado me digo, sin escucharme, que regreso al comienzo,
donde la luz se hace vida y la oscuridad esta desterrada,
mis ojos no pueden ver pero todo alrededor es mi éxtasis,
la panacea de todo lo que quise y no tuve.
Comienza mi recorrido, voy pisando sin pies
y a cada paso que doy, mi andar deja un borrón,
las hojas de mis errores pasan debajo de mi
y se amontonan en el gran libro de mi vida.
En la orilla de una playa sus olas me toman de la mano,
me llevan por un camino entre arboles
me rodean muchas caras tristes,
lo siento en algún corazón que deje olvidado.
Se cierra una gran puerta de madera y tras de ella
las palmeras se mecen con el viento
dándole movimiento a un cielo azul.
Estoy sentado en la orilla de una cama sin hacer,
preguntándome con el rostro desmembrado
por la soledad que me aqueja. Mis labios dan la forma
a sonidos que entonan la canción
que jamas me atreví a cantarte.
Abro la gran puerta de madera
y miro al vacío rodeado de escalas interminables.
Bajo y sigo cantando y al hacerlo,
mi cuerpo se va desvistiendo de tallas.
Mi tranco ahora es rápido y animoso
por primera vez miro mi vida
en contra de su acostumbrada dirección impuesta .
Todo pasa frente a mi, miro los ojos de mi pasado,
voy rosando en contra lo que fue formando mi futuro,
al trote por la linea del centro que los separa.
Mis pasos se vuelven torpes y lentos
y hago una pausa para mirar esos arboles,
sus copas abanicando al sol sudoroso
mientras los veo cada vez mas altos.
Sigo en la misma dirección
viendo pasado y futuro correr de la mano .
Comencé en una gran puerta y ahora termino
un una tan pequeña, que apenas logro cruzar.
Nuevamente el mar vestido de azul majestuoso
me sumerge en su profundidad y
y siento que mi vida esta en total armonía
no debo hacer nada tan solo esperar .
Otra vez voy a nacer
y ni siquiera me he dado cuenta
cuanto he vivido ni como lo he hecho .
Marcelo Romero Deriu