jueves, 3 de diciembre de 2015

De lo aprendido




      Aquí estoy nuevamente,
bordando letras sobre paginas en blanco,
reflejando lo que siento
sobre una hoja que me escucha atentamente,
mientras trato de ordenar ideas y hacerlas sonar a sentimientos.
Lograr plasmar una historia que suene convincente
para un alma que se encuentre esperanzada.
      Ahora seré solo eso, metáforas ordenadas
que provoquen emociones,
palabras entonadas en un contexto que suene a amor.
Porque ya bajé de la cima de esa montaña que un día escalé
para mirarte desde cerca. Ahora camino por el valle río abajo,
voy con la pendiente a mi favor, el camino no se hace pesado,
como lo fue en esa interminable subida que nunca quise abandonar.
      Pero que mas se podía exigir, si algo no calza,
no puedes pasar la vida llorando para encontrar la forma.
Las experiencias anteriores ayudan a ser mas fuerte,
el abrigo ante el frío te cobija mucho mas. Respiras tranquilo,
miras al horizonte y te das cuenta que debes seguir caminando.
Debes, paso a paso ir subiendo los escalones
que el sol, con su brillo, le dibuja a la superficie del mar.
Esa escalera que te lleva a tus sueños, a tus penas
a tus recuerdos.  Ese momento en que te quedas mirando
callado, imperturbable y, dejas a tu mente sola
librando sus peores batallas.
      Hoy me levanto nuevamente, me sacudo y camino,
mientras voy, examino posibilidades y planteo soluciones.
Existo nuevamente, soy parte de todo, tomo lo que debo
y dejo lo que no me pertenece. Es así la vida, simple, rápida
o te subes o te quedas, he decidido subirme y mirar atrás.
Mirar atrás para aprender
y caminar adelante para dar prueba de todo ello.


Marcelo Romero Deriu