Desde el otro lado de tu realidad te sigo sin parar,
miro tus movimientos, veo tu pelo flotar, tu sonrisa alumbrar,
caminas feliz ignorando mi sentir, llenándote del mundo.
Cada día aumenta mi amor,
pero también aumenta nuestra distancia,
tu te elevas cada vez más alto
y yo me quedo besando tu lejanía,
admirándote desde mi soledad,
jugando con mis recuerdos,
tratando a cada momento de escapar de ellos,
negándolos con fuerza y perdiendo siempre.
Tu figura se agiganta, me aplasta sin piedad
y a pesar de escapar lo más rápido que puedo
siempre acaba sobre mi, implacable y hermosa.
Te imagino donde estás, tan concentrada,
con tu cara intelectual de lentes sobrios,
tan hermosa y de rostro sereno.
Evitas que me acerque, sin embargo,
a cada segundo que pasa
le agrego más sentimientos por ti.
Deja que me acerque muy despacio,
te mire y te hable suavemente,
quedémonos mirando fijamente,
hipnoticemos nuestra razón,
tomemos nuestras manos
y muy lentamente volemos juntos hasta el cielo,
vistámonos de amor y felicidad
y recorramos el universo haciendo el amor.
No necesitamos nada más que tu y yo,
seremos eternos, perteneceremos al infinito,
nos crecerán alas y nunca mas nos separaremos.
Búscame, búscame cada noche en tu sueños,
siempre estoy en ellos y cuando lo decidas,
hazme realidad, de una forma tan simple
como lo es, ofrecerme tu mirada.
Marcelo Romero Deriu
