jueves, 22 de mayo de 2014
Un adiós para el resto de mi vida
Hasta pronto, fue breve y sin lagrimas y en que se convirtió,
en un adiós forzado sin el reencuentro tan anhelado.
Te miro todos los días desde acá, cuando duermes, sonríes,
caminas y cuando miras al cielo, sigue mirando, puedo verte,
puedo leer en tus ojos y llegar a tu corazón, nada cambió en mi,
aún sigo enamorado.
Todo acá es precioso, quisiera compartirlo contigo.
Trato de llegar a ti mediante tus sueños, pero no es lo mismo,
no siento tus labios, no siento tus manos, ni el calor de tu cuerpo.
Te acuerdas de los lugares que visitábamos,
se que has ido a todos ellos y que lloraste por mi en cada uno.
Se que caminas sola y piensas mucho, estás triste, ya pasará.
Sigue tu camino, no puedo seguirte ahora,
pero te cuido en cada momento.
Ahora soy eterno por ti, encabezo tu legión,
amaino tus temporales, te cubro de la lluvia
y cada vez que puedo, le doy un vistazo a tu alma.
Te quedé debiendo tantas cosas,
me falto tiempo para decirte mil palabras,
nos faltaron paseos junto al mar tomados de la mano,
llenar nuestro granero de besos,
para tener muchos inviernos abrigados,
cortar rosas en los prados mientras aplastamos la hierva
con nuestros pies descalzos.
Cambiaría este mundo en el que estoy si pudiera hacerlo,
por solo un día más junto a ti. Por una mirada tuya,
por escuchar tu voz, por enamorarte otra vez,
recorrerte despacio con mis manos,
invadir tus deseos con caricias
que te llenaran de conformidad.
Pero no puedo, ni siquiera puedo llorar,
no tengo lagrimas para hacerlo.
Cuando llegué quise hacerlo,
mas fue imposible aunque suplique de rodillas,
a cambio me ofrecieron mandarte un regalo,
algo tan mío que te acompañaría para siempre,
alguien que haría de tus penas alegrías
y domaría día a día la tristeza de tu corazón.
Cuida a nuestro fruto, disfruta mi regalo divino
ama a nuestra hija como yo te amo a ti.
Hasta pronto mi amor, nos veremos.
Mamá, mamá que pasa ?
nada hija, duérmete otra vez.
Era solo un sueño, un sueño muy hermoso.
Dedicado a Juanita, su hija y su gran amor.
Marcelo Romero Deriu
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